36 Un día normal

En verano, se levantaban a las cinco de la mañana, desayunaban algo y de ahí al campo, a segar o a recoger la mies. Se almorzaba en el campo y para la hora de comer ya se volvía a casa. Se comía en torno a la una del mediodía, se echaban la siesta y a la tarde al Rosario, al que iban casi todos los días. A misa solo se iba los domingos pero era obligatorio. En invierno, no se levantaban antes de las nueve de la mañana porque amanecía muy tarde. Hacían labores en casa con los animales.


 

secuencias de José Luis Esain Marquina